“Al vivir la verdad con amor, creceremos hasta ser en todo como aquel que es la cabeza, es decir, Cristo.”
La cosecha es el tiempo de madurez. Este es el tiempo cuando las frutas y los granos han madurado en tamaño y peso. El tiempo ha templado el ácido de la fruta verde. Las lluvias y el verano las ablandan y suavizan. El sol las retoca de colores fuertes hasta su plena madurez donde caen fácilmente en la mano. Así debe ser nuestra vida cristiana. Hay muchas cosas en ella que deben suavizarse y madurar. Muchos cristianos tienen su huerto lleno de fruta, pero de fruta verde y ácida al paladar. Hay mucho en la vida de estos creyentes que es bueno, pero muy incompleta—todavía hay asperezas y acidez. Quizás han sufrido en su vida doméstica. Se frustran, se enojan, también pierden su confianza en el Señor, y por ende su gozo cristiano. Estas cosas producen mucho pesar y todo tipo de miseria. Cada día hay cosas por las cuales nos arrepentimos. Sabemos que no hemos madurado y suavizado nuestro carácter y reconocemos no poder hacerlo en nuestras propias fuerzas. No podemos traer dulzura a nuestras vidas. Esta tiene que nacer de adentro.
0 Comentarios
Pregúntate hoy si estás LLENO del Espíritu Santo, LLENO de Su Palabra, LLENO de Sus promesas. ¿Estás LLENO? O ¿Están tus manos vacías?
Cuando ustedes salgan de Egipto no se vayan con las manos vacías. Es cuando nosotros de veras estamos vacíos de nosotros mismos que a él le encanta llenarnos de sí mismo y del Espíritu Santo. Es precioso que estemos conscientes que no hay nada bueno en nosotros; pero ¿estamos conscientes de su gran bondad? Quizás estemos listos para admitir nuestra incapacidad, pero ¿estamos listos para reconocer su capacidad? Hay muchos creyentes que pueden decir: “no es que nos creamos competentes por nosotros mismos, como si esta competencia nuestra surgiera de nuestra propia capacidad.” Pero son pocos los que pueden decir, “Nuestra competencia proviene de Dios” (2 Corintios 3.5). ¿Estamos convencidos que él puede proveernos de todo lo que necesitamos, o pensamos que tenemos que suplir y valernos por nosotros mismos? ¿Creemos que Dios ha de suplir todo en nuestro corazón y en nuestra vida, para que todo tropiezo desaparezca y se nos dé el poder para servirle a él? Nuestro Salvador en las bodas de Canaán mandó que las vasijas se llenaran completamente de agua. Entonces cambió el agua en vino, pero no hasta que las vasijas estuvieran llenas. Dios quiere que sus hijos siempre tengan el corazón lleno. Recibirán poder cuando haya descendido sobre ustedes el Espíritu Santo--Hechos 1.8
Hay poder para todos nosotros si tenemos al Espíritu Santo. Dios quiere que hablemos con los hombres para que lo sientan profundamente, para que nunca se olviden de ello. El Señor quiere que cada cristiano surta efecto, que impacte, que deje una huella en los registros y resultados del servicio a Cristo. Dios nos puso aquí para tener poder. Ninguno está aquí sin ser pieza clave para su plan y sin poder cumplir a cabalidad todo lo que él nos estaría pidiendo hacer. No hay una demanda de Dios para nosotros sin que él nos dé el poder para cumplirla. No hay un mandato que él dé a sus hijos sin que él provea lo que necesitemos para obedecerle. Cuando Jesucristo vivió y murió y envió al Espíritu Santo, nos proveyó de todos los recursos que necesitaríamos. Por lo tanto, no hay lugar para fracasar en la vida cristiana si nos apropiamos de sus recursos para nosotros. Jesús el Ascendido, el Espíritu Santo la energía y poder en nosotros, la vida y eficiencia de Dios, todo es suficiente para todas las posibles emergencias. ¿Crees esto? Si lo crees, permítele en tu corazón, sin reservas, y que él te controle y obre a través tuyo hoy día en su poder. |
Pan Diario
En esta sección alimento espiritual diario para tu vida. Por fecha
Julio 2018
Archives
Julio 2018
|