Tener fe es una actitud de confianza. Elías el profeta le dice al rey Acab: Ya se oye el ruido de un torrentoso aguacero (1 Reyes 18.41). De allí nace una experiencia más profunda que se entreteje en la oración. Es Elías en la montaña, con su rostro en medio de sus rodillas esperando intensamente, como en un parto, la bendición prometida. Él ya creyó en ella, ahora tenía que apropiarse de ella.
Lo primero es Joás lanzando sus flechas por la ventana, lo segundo es Joás golpeándolas esas sobre el suelo y en por fe avanzando, perseverando victoriosamente (2 Reyes 13.14-25). Es en este segundo esfuerzo cuando mucho de nosotros fracasamos. Esperamos mucho de Dios y cuando él nos lo da, no cumplimos con sus expectativas. Hemos llegado a tener parte con Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin la confianza que tuvimos al principio; por lo tanto confiemos en él a lo largo del proceso (Hebreos 3.14). Fatigado soldado del Señor…escuchemos SUS palabras con fervor…yo he vencido al malhechor…yo he sufrido lo peor…Debilitado soldado…Confía en MI, YO he vencido por tí. Cita Bíblica: Casa [de Dios] somos nosotros, con tal que mantengamos nuestra confianza y la esperanza que nos enorgullece - Hebreos 3.6
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