Hay cuatro pasos que debemos seguir cuando estamos en la lucha espiritual:
1.Reconoce que hay un Adversario. Satanás es real. No es una fuerza, es una persona real y poderosa. 1 Pedro 5.8-9, 8 Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. 9 Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. ¿Por qué habrá Dios enviado a Su Hijo para luchar con alguien que no existe? ¡Obvio que existe y que es real! 1 Juan 3.8, 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. Cuando él te ataca, es prueba ineludible que eres un creyente, hijo de Dios. Mientras más profundices en tu relación con ÉL, mientras más busques a Dios en silencio y quietud, mientras más estés en La Palabra, verás que el diablo luchará contra ti. Él nunca se cansa de rugir en tu contra, de amedrentarte, de tentarte. De hecho él intensifica su lucha contra ti, buscando distraerte de las cosas de Dios. Quiere que estés más ocupado en tus cosas personales que en las cosas espirituales. Quiere verte en un 100% distraído, incapaz de comprometerte con el Señor. ¡Qué triste realidad!
2. Acepta la Autoridad Divina. La mayoría de los creyentes no tienen idea de la autoridad que tienen sobre el diablo y sus huestes. Jesús tiene toda autoridad, 18 Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28. El SEÑOR te ha transferido, a ti y a mí, toda esta autoridad porque nos ha encomendado una misión específica: 20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» (2 Corintios 5) Tú tienes un apostolado específico—ser embajador de Cristo—y para esta misión tienes autoridad sobre el diablo y su falange. ¿Disciernes esta realidad? ¿Asumes con entereza y confianza la Palabra de Cristo y poder a nuestro alcance? No claudiques. No tengas miedo. Asume con confianza.
Mañana martes continuamos…
1.Reconoce que hay un Adversario. Satanás es real. No es una fuerza, es una persona real y poderosa. 1 Pedro 5.8-9, 8 Practiquen el dominio propio y manténganse alerta. Su enemigo el diablo ronda como león rugiente, buscando a quién devorar. 9 Resístanlo, manteniéndose firmes en la fe, sabiendo que sus hermanos en todo el mundo están soportando la misma clase de sufrimientos. ¿Por qué habrá Dios enviado a Su Hijo para luchar con alguien que no existe? ¡Obvio que existe y que es real! 1 Juan 3.8, 8 El que practica el pecado es del diablo, porque el diablo ha estado pecando desde el principio. El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo. Cuando él te ataca, es prueba ineludible que eres un creyente, hijo de Dios. Mientras más profundices en tu relación con ÉL, mientras más busques a Dios en silencio y quietud, mientras más estés en La Palabra, verás que el diablo luchará contra ti. Él nunca se cansa de rugir en tu contra, de amedrentarte, de tentarte. De hecho él intensifica su lucha contra ti, buscando distraerte de las cosas de Dios. Quiere que estés más ocupado en tus cosas personales que en las cosas espirituales. Quiere verte en un 100% distraído, incapaz de comprometerte con el Señor. ¡Qué triste realidad!
2. Acepta la Autoridad Divina. La mayoría de los creyentes no tienen idea de la autoridad que tienen sobre el diablo y sus huestes. Jesús tiene toda autoridad, 18 Jesús se acercó entonces a ellos y les dijo: —Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. 19 Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28. El SEÑOR te ha transferido, a ti y a mí, toda esta autoridad porque nos ha encomendado una misión específica: 20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios.» (2 Corintios 5) Tú tienes un apostolado específico—ser embajador de Cristo—y para esta misión tienes autoridad sobre el diablo y su falange. ¿Disciernes esta realidad? ¿Asumes con entereza y confianza la Palabra de Cristo y poder a nuestro alcance? No claudiques. No tengas miedo. Asume con confianza.
Mañana martes continuamos…