Reflexión 18 de Junio 2020

“Encontraron que había sido quitada la piedra que cubría el sepulcro y, al entrar, no hallaron el cuerpo del Señor Jesús. Mientras se preguntaban qué habría pasado, se les presentaron dos hombres con ropas resplandecientes. Asustadas, se postraron sobre su rostro, pero ellos les dijeron: “¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive?” (Lucas 24. 2-5)

¡Qué cuadro más conmovedor nos relata Lucas! Es uno de los momentos más significativo para todos aquellos que hemos creído en Cristo: ¡Él ha resucitado! La muerte no fue capaz de detenerlo, Él tiene poder sobre aquello que al hombre lo derrota, Él puede vencer todo lo que creemos nos determina; Él resucitó venciendo la muerte.

Sin duda alguna es un tremendo mensaje de esperanza sobre todo en éstos momentos en que las expectativas humanas son muy negativas y pesimistas, en que un manto de aflicción y muerte ha detenido la vida humana, en que la esperanza de un nuevo comienzo se anhela desesperadamente.

Y es que el milagro de resurrección de Cristo es un tremendo mensaje de victoria y esperanza, que no puede ser entendido sólo en la dimensión espiritual. De hecho, fue un suceso histórico que ocurrió según lo atestiguan muchos, cómo lo escribió Pablo a los hermanos en Corinto: “Porque ante todo les transmití a ustedes lo que yo mismo recibí: que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras, que fue sepultado, que resucitó al tercer día según las Escrituras, y que se apareció a Cefas, y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, la mayoría de los cuales vive todavía, aunque algunos han muerto. Luego se apareció a Jacobo, más tarde a todos los apóstoles, y, por último, como a uno nacido fuera de tiempo, se me apareció también a mí”. (1 Corintios 15. 3-8)

De tal manera que podemos refugiarnos en ésta poderosa verdad para buscar la vida en medio de la muerte, para buscar la paz en medio del dolor, para buscar el consuelo en medio de la aflicción, para buscar la esperanza en medio del desaliento, para buscar la alegría en medio de la tristeza. ¿Por qué? Porque Cristo venció la muerte, derrotó lo imposible para el hombre, porque revirtió la desesperanza, la impotencia y la desesperación. Por eso la pregunta de los ángeles es tan pertinente, “¿Por qué buscan ustedes entre los muertos al que vive?”.

¿Dónde quieres buscar, en lo muerto, en lo pasado, en lo arruinado, o en aquello que es nuevo, vivo y lleno de esperanza? Él venció la muerte para darle a la humanidad entera la salida a un nuevo comenzar, por eso es que la resurrección de Cristo es un mensaje plenamente vigente para nuestras vidas, es la posibilidad cierta de un nuevo comienzo, es la manifestación de la Gracia de Dios para dar vida en abundancia a sus hijos a través de una nueva relación con ellos, por medio de la fe.

La resurrección es el nacimiento a una nueva esperanza. Hay victoria en ella pues encontramos, a través de Cristo, la bendita posibilidad de comenzar de nuevo. Comenzar una nueva vida, una nueva humanidad, una nueva creación. ¿Acaso no hemos escuchado en éstos días en cómo rehacer la vida después de ésta tragedia?, ¿la volverá a rehacer el hombre dándole la espalda a Dios?

Oremos hoy fervientemente al Señor para que no sea así.

Pr. Guillermo Hernández P.